Ya notamos el invierno y baja la temperatura. Lo que más nos apetece es meternos en la cama bajo nuestra funda nórdica y sentir la calidez que nos proporciona. Con seguridad te quedes profundamente dormido en un pis pás. Pero aparte de que la textura sea la adecuada y se adapte a las dimensiones de nuestra cama, el color también es significativo para proporcionarnos el calor que pedimos en invierno cuando vamos a acostarnos.
Por ello, se procura a elegir para las fundas nórdicas tonalidades que transmitan calidez.
Predominan las tonalidades berenjena y los tostados en ocre o marrón. Esta época también se mezclan azules y marrones que, además de dedicarnos con un entorno acogedor rememora a la naturaleza con diferentes estampados florales. Además es muy frecuente descubrir estos colores con el blanco, clásico entre los más tradicionales. Pero para clásicos el constante nexo del blanco y el negro, tonalidades que no pasan de moda a medida que transcurren las estaciones.
Los estilos de estampados deben adaptarse con los colores que tenga nuestra funda nórdica. Un azul más fuerte con estampados futuristas darán un toque curioso a la estancia de las habitaciones de los peques.
Para los papás un púrpura de color pastel, granate o marrón decorado con estampados geométricos o pequeñas flores.